20 junio, 2009

Pequeña oda (basada en la evidencia) sobre la mujer que amo.

Ella no le tiene miedo a la muerte
Pero yo sí
Ella no le tiene miedo al amor o
Al ridículo
Pero yo sí, yo sí
Ella es una dama
Enamorada como se enamoran
Algunas damas
De un hombre que bien podría ser
Un pedazo de estiércol
Antes de ellas
Pero no después, no,
Jamás después de ellas.

Porque es una dama especial
Ella es especial y esto no tiene
Nada que ver conmigo se los puedo
Probar apoyado en la evidencia más incontrastable:

Ella camina y yo no veo flores creciendo a su
Paso
Es que crecen flores a su paso
Las pueden ver el médico y el poeta
Las pueden oler los niños y regalar los amantes
las pueden comer los perros y pisotear los soldados
son flores verdaderas
tan magníficas y frágiles como son todas las flores.

Y su cabellera tiñe de voces el silencio
Y sus ojos ven en la noche cerrada
De mi alma,

Y su fragilidad hace fuerte al mundo
Para que no tema
Para que no vuelva a temer
Día tras día lo sostiene
Con hilos secretos desde su pecho
Hilos dorados de amor.




In Vino Veritas, pero en cerveza también!